Zambian Ministry of Health / Rachel Hapunda
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Sordera y pérdida de la audición

2 de febrero de 2024

Datos y cifras

  • Para 2050 está previsto que haya casi 2500 millones de personas con algún grado de pérdida de audición y que al menos 700 millones requieran rehabilitación.
  • Debido a prácticas de audición poco seguras, más de 1000 millones de jóvenes adultos corren el riesgo de sufrir una pérdida de audición evitable y permanente.
  • Para ampliar los servicios de atención otológica y audiológica en el mundo solo se necesita una inversión adicional anual de menos de US$ 1,40 por persona.
  • Después de 10 años, el retorno de la inversión sería de casi US$ 16 por cada dólar invertido.

Generalidades

Más del 5% de la población mundial (430 millones de personas) padece una pérdida de audición discapacitante y requiere rehabilitación (entre ellos 34 millones de niños). Se estima que para 2050 esa cifra podría superar los 700 millones (una de cada diez personas).

La pérdida de audición discapacitante se refiere a una pérdida superior a 35 decibelios (dB) en el oído que oye mejor. Casi el 80% de las personas con este problema viven en países de ingresos bajos y medianos. La prevalencia de la pérdida de audición aumenta con la edad: entre los mayores de 60 años, más del 25% padece una pérdida de audición discapacitante.

Pérdida de audición y sordera

Se dice que alguien sufre pérdida de audición cuando no es capaz de oír tan bien como una persona cuyo sentido del oído es normal, es decir, cuyo umbral de audición en ambos oídos es igual o mejor que 20 dB. La pérdida de audición puede ser leve, moderada, grave o profunda. Puede afectar a uno o ambos oídos y entrañar dificultades para oír una conversación o sonidos fuertes.

Las personas «duras de oído» son personas cuya pérdida de audición es entre leve y grave. Por lo general se comunican mediante la palabra y pueden utilizar como ayuda audífonos, implantes cocleares y otros dispositivos, así como los subtítulos.

Las personas «sordas» suelen padecer una pérdida de audición profunda, lo que significa que oyen muy poco o nada. A menudo se comunican mediante la lengua de signos.

Causas de la pérdida de audición y la sordera

Aunque la persona puede verse expuesta a los factores que se indican a continuación en diferentes periodos de su vida, será más susceptible a los efectos de estos durante determinados periodos críticos.

Período prenatal

  • Factores genéticos, entre ellos los que provocan pérdida de audición hereditaria y no hereditaria
  • Infecciones intrauterinas, como la rubéola y la infección por citomegalovirus

Periodo perinatal

  • Asfixia perinatal (falta de oxígeno en el momento del parto)
  • Hiperbilirrubinemia (ictericia grave en el periodo neonatal)
  • Bajo peso al nacer
  • Otras morbilidades perinatales y su tratamiento

Infancia y adolescencia

  • Otitis crónicas (otitis media supurativa crónica)
  • Presencia de líquido en el oído (otitis media no supurativa crónica)
  • Meningitis y otras infecciones

Edad adulta y edad avanzada

  • Enfermedades crónicas
  • Tabaquismo
  • Otosclerosis
  • Degeneración neurosensorial relacionada con la edad
  • Pérdida de audición neurosensorial repentina

Factores a lo largo de la vida

  • Tapón de cerumen (tapón de cera en el oído)
  • Traumatismo en el oído o la cabeza
  • Ruidos o sonidos fuertes
  • Medicamentos ototóxicos
  • Productos químicos ototóxicos en el ámbito laboral
  • Carencia nutricional
  • Infecciones virales y otras afecciones del oído
  • Retraso en la aparición de la audición o pérdida progresiva de esta por causas genéticas

Las consecuencias de la pérdida de audición no tratada

Cuando no se trata, la pérdida de audición afecta a muchos aspectos de la vida de la persona:

  • Comunicación y habla
  • Cognición
  • Aislamiento social, soledad y estigma
  • Consecuencias en la sociedad y la economía
  • Años perdidos por discapacidad (APD) y años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD)
  • Educación y empleo: en los países en desarrollo, los niños con pérdida de audición y sordera rara vez son escolarizados. Asimismo, entre los adultos con pérdida de audición la tasa de desempleo es mucho más alta. Entre los que tienen un trabajo, el porcentaje de personas con pérdida de audición que ocupan puestos en las categorías más bajas es mayor que la media general de la fuerza de trabajo.

La OMS calcula que los casos desatendidos de pérdida de audición representan un costo mundial anual de 980 000 millones de dólares. Dicha cifra incluye los costos del sector sanitario (excluyendo el costo de los dispositivos de ayuda a la audición), los costos del apoyo educativo, la pérdida de productividad y los costos sociales. Más del 57% de esos costos se producen en países de ingresos bajos y medianos.

Prevención

Muchas de las causas que conducen a una pérdida de la audición pueden evitarse mediante estrategias de salud pública e intervenciones clínicas que se realicen a lo largo del curso de la vida.

Es fundamental prevenir la pérdida de audición a lo largo del curso de la vida, desde periodos prenatales y perinatales hasta edades avanzadas. En los niños, casi el 60% de la pérdida de audición se debe a causas evitables que pueden prevenirse aplicando medidas de salud pública. Del mismo modo, las causas más comunes de pérdida de audición en los adultos, como la exposición a sonidos fuertes y medicamentos ototóxicos, son evitables.

Para reducir la pérdida de audición en diferentes etapas del curso de la vida pueden aplicarse las siguientes estrategias eficaces:

  • la vacunación,
  • unas buenas prácticas de atención materna y de puericultura,
  • el asesoramiento genético,
  • la detección y el tratamiento de afecciones comunes del oído,
  • programas de protección de la audición en el ámbito laboral, ante la exposición a ruidos y productos químicos, 
  • estrategias de escucha segura para reducir la exposición a sonidos fuertes en entornos de ocio, y
  • el uso racional de medicamentos ototóxicos para prevenir la pérdida de audición. 

Detección y tratamiento

La detección temprana de la pérdida de audición y de las enfermedades otológicas es fundamental para poder ofrecer un tratamiento eficaz.

Eso requiere un cribado sistemático para detectar la pérdida de la audición o una enfermedad otológica en aquellas personas de mayor riesgo, a saber:

  • Recién nacidos y niños menores de 1 año
  • Niños en edad preescolar y escolar
  • Personas expuestas al ruido o productos químicos en el trabajo
  • Personas que reciben medicamentos ototóxicos
  • Personas mayores

La evaluación auditiva y el examen del oído pueden realizarse en entornos clínicos y comunitarios. Herramientas como la aplicación hearWHO de la OMS y otras soluciones basadas en la tecnología permiten detectar enfermedades otológicas y la pérdida de audición, incluso con formación y recursos limitados. 

Para evitar que se produzcan repercusiones negativas, una vez que se detecta la pérdida de audición es fundamental comenzar a tratarla lo antes posible y de manera adecuada.

Rehabilitación para la pérdida de audición

La rehabilitación ayuda a las personas con pérdida de audición a funcionar de forma óptima, lo que significa que pueden ser lo más independientes posible en las actividades cotidianas. Específicamente, la rehabilitación les ayuda a participar en actividades educativas, laborales o recreativas y a desempeñar roles significativos, por ejemplo, en su familia o su comunidad, durante toda su vida. He aquí algunas de las principales intervenciones para la rehabilitación de las personas con pérdida de audición:

  • el suministro de tecnologías auditivas (como audífonos, implantes cocleares e implantes de oído medio) y la formación sobre su uso;
  • terapia de foniatría y logopedia para mejorar las habilidades perceptivas y desarrollar capacidades lingüísticas y de comunicación;
  • formación en el uso de la lengua de signos y otros medios de sustitución sensorial (como la lectura de labios, el sistema de «deletrear» palabras en la palma de la mano, el método Tadoma o la comunicación por signos);
  • el suministro de tecnología de asistencia auditiva y servicios conexos (como los sistemas de modulación de frecuencia y bucle, los dispositivos de alerta, los dispositivos de telecomunicaciones o los servicios de subtitulado e interpretación de la lengua de signos), y
  • asesoramiento, formación y apoyo para aumentar la participación en la educación, el trabajo y la vida comunitaria.

Respuesta de la OMS

La labor de la OMS en materia de atención otológica y audiológica consiste en promover una atención de este tipo, integrada y centrada en las personas.

La Organización orienta su trabajo siguiendo las recomendaciones del Informe mundial de la OMS sobre la audición (2021) (en inglés) y la resolución de la Asamblea Mundial de la Salud sobre la prevención de la sordera y la pérdida de audición.

 La labor de la OMS consiste en:

  • guiar, ayudar y apoyar a los Estados Miembros para que aumenten la sensibilización sobre las cuestiones relativas a la atención otológica y audiológica;
  • facilitar la recopilación y divulgación de datos e información acerca de la atención otológica y audiológica, por ejemplo mediante el Informe mundial sobre la audición;
  • proporcionar recursos técnicos y orientación para facilitar la planificación y la creación de capacidad en los sistemas de salud para la atención otológica y audiológica;
  • proporcionar orientación para fortalecer la rehabilitación de las personas con pérdida de audición a través del Paquete de intervenciones de rehabilitación para la pérdida de audición;
  • apoyar la capacitación del personal de salud de la atención otológica y audiológica a través de los recursos de capacitación de la OMS sobre la atención primaria otológica y audiológica (en inglés);
  • promover la escucha segura para reducir el riesgo de pérdida de audición provocada por una exposición a ruidos en entornos de ocio, a través de la iniciativa Make Listening Safe de la OMS;
  • organizar y promover el Día Mundial de la Audición como evento anual de promoción;
  • la creación de asociaciones para desarrollar programas sólidos de atención auditiva, incluidas iniciativas para incluir servicios de atención otológica y audiológica asequibles y accesibles y audífonos en los enfoques de prestación de servicios adecuados para los países de ingresos bajos y medianos e implantes cocleares, y
  • abogar por la atención otológica y audiológica a través del Foro Mundial de la Audición (en inglés).